Este finde pasado, fui a la Casa de Pilatos, un palacio andaluz más bonito que combina dos estilos distintos en su arquitectura: mudéjar y renacentista (pues, y un poco gótico también). Mientras el precio de entrada es un poco cara en mi opinión (10 euros), incluye una audioguía muy informativa que mejora la experiencia de verdad.
La construcción del palacio empezó en el año 1483 por la solicitud de Pedro Enríquez de Quiñones y su esposa Catalina de Ribera, y el hijo y nieto de ella completaron la decoración. Pero el origen de la Casa no es sin un poco controversia como fue levantado sobre solares que fueron confiscados durante la Inquisición española. Con el tiempo, llegó a servir como residencia de los duques de Medinaceli.
La foto de abajo muestra el patio principal de la Casa. Aquí podemos ver la influencia de los romanos a través por los arcos de medio punto y las columnas de mármol. Pero otros detalles, tal como la yesería con la escritura árabe, son claramente mudéjar. Otros rasgos incluyen el piso embaldosado de mármol blanco y negro que forma un diseño geométrico. Este patrón guía el ojo hacia la Fuente de Jano, el punto central del patio. Curiosamente, en la mitología romana, Jano representaba al dios de las puertas, las transiciones y la dualidad. Tiene dos caras, una mirando detrás de él hacia el pasado, la otra mirando hacia el futuro. Ya sea una coincidencia o no, este significado detrás de la Fuente de Jano lleva el tema central de toda la Casa. Podemos ver la transición entre los estilos decorativos y las dualidades (o más bien las pluralidades) de la historia religiosa, cultural y arquitectónica de España. De pie en un espacio con tanta historia, no puedes evitar ser como Janus y pensar en el futuro también.
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