Este
fin de semana, mis padres y yo fuimos a Reales Alcázares de Sevilla, un palacio
royal que puede usar el rey. Allí tenían una exposición que mostraba como el
Islam, la Europa gótica y la Italia renacentista influían la cerámica sevillana.
La influencia islámica es obvia con el carácter geométrico y en la persistencia
del procedimiento de la loza dorada. Puede ver el aspecto gótico con los temas
figurativos de origen textil y el aspecto renacentista con los numerosos
patrones estéticos romanos.
La técnica
de “cuerda seca” pretendía reproducir alicatados evitando su costosa y
complicada ejecución. El pincel que dibujaba los motivos suplantaba así al
instrumento que cortaba sus numerosas e irregulares piezas. Esa técnica permitía
añadir al repertorio islámico de estrellas y lazos, motivos figurados de tradición
gótica cristiana.
Me
gustaba mucho los azulejos de tema único que consistían de un solo motivo,
inscrito en un círculo. Este tipo de azulejo nace en Italia en el siglo XVI y
fueron desarrollados más en Holanda en el siglo XVII. En ese tiempo,
Holanda tenía una industria con la capacidad de producción masiva que permitía
la invasión de estos azulejos en el mercado europeo y española.
Kristen Roberts