Al ver que CIEE nos ofrecía la oportunidad de ejercer, explorar, y comer dulces a la misma vez no la podía desperdiciar. Al principio, lo que me interesaban más eran los dulces. Soy golosa, así que donde hay dulces también estoy yo. Pero resultó que la historia de estos dulces también era interesante. En los siglos XV y XVI Sevilla era el Nueva York del mundo, así que todo lo que salía de y llegaba a Europa pasaba por el Guadalquivir. Además de oro y frutas y mármol, gente también pasaba por aquí. Parte de la colonización de las americas era la implementación de la religión católica. Para llegar a las americas, todos los monjes y misioneros primera venían a Sevilla y de allí a realizar sus llamadas en las americas. Por esta razón, hay muchisimos conventos y monasterios por la ciudad. Hoy en día hay más o menos quince, pero antiguamente habían muchos más. Originalmente, cuando las iglesias eran más ricos, las monjas preparaban los dulces como regalillos para los visitantes. Sin embargo, hoy en día estos dulces son los productos que se venden para mantener los conventos y las vidas de los que viven adentro.
Para obtener estos dulces, hay unos pasos. Primero, hay que saber dónde se ubican los conventos. Segundo, tienes que llamar al turno en la pared. En muchos de estos conventos viven monjas clausuras, lo que significa que no salen de ellos y no interactúan con la gente que vive fuera. Así que usan estas turnos para completer las transacciones de sus "negocios". Al llamar a la puerta, la monja dice "Ave María Purísima" a lo que se le responde "sin pecado concebida". Después de este saludo, se puede pedir lo que quiera. En el primero convento, pedimos magdalenas, en el segundo mermelada, y finalmente sultanes de coco. Cada convento tiene su especialidad, pero también se vende mucha variedad. Cuando pide su dulce, el turno gira, y allí aparece su dulce. Lo toma, lo repone con su dinero, y dice gracias.
Todos los dulces eran deliciosos, y más deliciosos que los que se compra en un supermercado o algo así porque la experiencia y la historia aumentaron el sabor.
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