Éste tarde, fui al Museo Arqueológico de Sevilla. Para mi
sorpresa, la visita era gratuita para estudiantes y por eso, mis amigas y yo
pasábamos por el museo por una hora y media. Había una gran variedad de
artefactos, esculturas y mosaicos en las tres plantas del museo. En la planta
baja (parecía como el sótano), había artefactos desde la evolución de los Australopithecus africanus y Homo
erectus, los antepasados de los Homo
sapiens. Podría ver las herramientas de piedra, joyas, huesos de animales y
humanos y cosas de la vida cotidiana antes de los imperios grandes.
La segunda planta fue la planta más pequeña. La
exposición tenía algo muy extraño—pavimento de conchas. La superficie estaba
llena de conchas que estaban alineadas pulcramente para cubrir toda el área.
Nunca había visto nada como esto. Parecía muy frágil y no muy eficaz. También,
había estatuas muy pequeñas y joyas de oro.
La
primera planta, para mí, era más interesante. Había todas las esculturas y
mosaicos de la providencia Sevilla, especialmente de Carmona y las ruinas
itálicas en Sevilla. Todas las esculturas eran bultos redondos de personas
importantes o dioses. Estaba más asombrada con el detalle de los mosaicos.
También, eran de los dioses y había algunos que cubrieron el suelo y las
paredes.
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