jueves, 9 de marzo de 2017

El Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre de Aracena


Lloviznaba cuando nuestro autobús llegó a Aracena, y las casas blancas del pueblo estaban en silencio, las calles vacías, el famoso Castillo-Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, que se surge en una colina por encima del centro de la ciudad, estaba envuelto en la niebla. Sin embargo, el encanto y la belleza del pueblo, ubicado en la provincia de Huelva, en la Sierra de Aracena, era evidente, y cuando mi compañeros fueron a tomar un café, me paseé por las calles del centro.
Inmediatamente encontré la Ermita de San Pedro, una iglesia pequeña de estilo mudéjar del siglo XVI. Sin embargo, lo que más me interesaba eran las muchas esculturas en las calles estrechas y plazas pequeños alrededor de la ermita. Grandes y pequeñas, abstractas y realistas, pronto aprendí (de un pequeño cartel fuera de la ermita) que son partes de un "museo de arte contemporáneo al aire libre" (MACA) de Aracena. Inaugurado en 1986 con la ayuda de un escultor local Pepe Noja, el museo consiste de más o menos 50 esculturas, ubicadas en parques y calles por toda la ciudad. Según el cartel, Aracena era la primera ciudad en Andalucía a crear este tipo de museo, con el objetivo de ser el más grande de su tipo en España. Una exposición permanente, cada una de las esculturas sirve como un señal y una memoria de un acontecimiento, y hay una gran diversidad de procesos, formas, materiales y artistas, con esculturas modeladas de piedra, bronce, aluminio, hierro y cerámica.
Mientras que había muchas esculturas interesantes y hermosas, encontré mi favorita justo al lado de la Ermita de San Pedro. Realizada en bronce, representa a dos niñas, mucho más pequeñas que el tamaño natural, que están de pie sobre un pilar de cemento cuadrada frente a una pared blanca y sencilla de la iglesia. Una vestida con una camiseta simple, la otra en sólo su ropa interior, una frente a la otra, pero las dos mirando hacia el suelo, sus estómagos empujadas hacia delante, sus cabellos atados con cintas, sus pies desnudos. Tienen expresiones solemne y tristes y sus ojos son abiertos pero llenos de pena. En la lluvia, parece como si las gotas de lluvia fueran lágrimas en sus rostros. Mientras que no tengo ni idea de quién es el escultor, ni quienes son estas chicas, ni que es su historia, la sencillez y la emoción de la escultura, combinada con el tiempo y el entorno, era convincente y impactante.

Lo que más aprecio sobre la MACA de Aracena es su accesibilidad. Las bellas artes a menudo se pueden sentir exclusivas o separadas del “mundo verdadero”, guardadas en museos o iglesias, por lo general dentro de sitios urbanos, separadas de pueblos pequeños y rurales. La profesión de arte es muy competitiva, y ser un artista contemporáneo  en este mundo actual es increíblemente difícil, a menudo requiriendo mucho dinero, muchos recursos, y mucha suerte. Sin embargo, allí en Aracena, con una población de 7.814, el arte está disponible para todos en las calles, creando una conexión valiosa y accesible entre la vida rural actual y las bellas artes contemporáneas, así como proporcionando una plataforma de oportunidades para escultores contemporáneos, locales y desconocidos.  



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