viernes, 24 de marzo de 2017

Mujer con sombrero y cuello de piel


El fin de semana pasado visité al Museu Nacional d’Art de Catalunya en Barcelona y vi “Mujer con sombrero y cuello de piel,” una pintura cubista por Pablo Picasso. Fue creada en el año 1937 cuando Picasso estaba en Paris, y representa una de sus amantes—Marie-Thérèse Walter, la madre de su hija Maya. Su relación era un secreto porque Picasso también tuvo una esposa legal durante este periodo que se llama Olga Khokhlova, y ella no sabía de la infidelidad de su esposo. En 1935, Olga descubrió la relación y le dejó a Picasso para vivir en el sur de Francia con sus hijos. A pesar de todo, no hay ningún indicación de esta historia tumultuosa en el retrato

El sujeto, Marie-Thérèse, es la parte más interesante de la pintura, debido a su conexión con Picasso. La relación entre los dos empezó cuando ella tuvo 17 años y él tuvo 45 años, y duró aproximadamente ocho años (1927-1935). Marie-Thérèse no era solamente la amante de Picasso sino también un modelo para él: Picasso usa su imagen para una de las obras más importantes del periodo cubista, “Le Rêve,” (Francés, “El sueño”) y una variedad de otros retratos como “La Lecture” (Francés, “La Lectura”). Generalmente Picasso representa a Marie-Thérèse como una figura de luz y belleza—en este retrato en particular se ve una vitalidad y un sentido de juventud a través de los colores vibrantes y la sensualidad del modelo. Al mismo tiempo, la obra es un ejemplo muy indicativo del “estilo Picasso,” que combina el carácter distinto de su cubismo con el uso de color para crear el tono de la pintura. Es interesante comparar estos atributos con los retratos de Dora Maar, una otra amante que es el modelo para “La femme qui pleure” (Francés, “La mujer llorando”). Los retratos de Dora son casi todos oscuros y trágicos, con imágenes de ella llorando. Por eso se puede ver la habilidad que tenía Picasso para la expresión de la emoción en sus obras.

-Catherine Lacy

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