miércoles, 8 de marzo de 2017

Francisco de Zurbarán: Santa Casilda


Cuando fui a Madrid hace tres semanas, visité al Museo Thyssen-Bornemisza—un museo de una colección privada con una multitud de obras magnificas. “Santa Casilda,” una de las pinturas en la colección del museo, fue creada por Francisco de Zurbarán cerca de 1635 y se piensa que perteneció a un monasterio en Sevilla antes de la ocupación de España por los franceses. Zurbarán nació en Extremadura pero vivió en Sevilla por mucho tiempo más tarde en su vida gracias a un contrato que consiguió con la orden dominica de San Pablo el Real en la ciudad. Era un amigo de Velázquez y uno de los pintores españoles más importantes de su tiempo: se llamaba “El Caravaggio español” porque tenía tanto talento para el claroscuro, una técnica que Caravaggio perfeccionó. “Santa Casilda” muestra claramente la influencia que Caravaggio tenía en el trabajo de Zurbarán, gracias a su uso de luz.


Esta pintura es una representación de la Santa Casilda, una figura con una historia muy interesante. Era una hija del rey islámico de Toledo, pero se convirtió en cristiano en secreto. Solía traer comida a los prisioneros en la cárcel de su padre, y cuando alguien le atrapó, la comida se transformó en flores. Este es el momento que captura el imagen—se puede ver las flores en la mano de la santa. Entonces, la pintura es un tipo de propaganda con la meta de mostrar la supuesta bondad de la iglesia católica. Es necesario recordar que durante la época en que vivió Zurbarán, el barroco, había una crisis en la iglesia católica: la reformación protestante. El estilo barroco, un estilo lujoso y dramático con un enfoque religioso en los santos y en la virgen María, se creyó para contrastar con la reformación, que enfatizó la simplicidad. Zurbarán fue especialmente conocido por sus pinturas de figuras religiosas, como monjes y mártires, y entonces sus obras funcionaban como publicidad o marketing para la iglesia.

-Catherine Lacy

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