sábado, 25 de febrero de 2017

Murillo: Los niños de la concha



El Museo Prado en Madrid, donde fui el fin de semana pasado, tiene una colección incomparable de obras españolas—incluso Murillo, Velázquez, Goya, y otros artistas que han tenido los impactos más importantes en el arte de España y del mundo. Una obra que me interesaba mucho se llama Los niños de la concha, pintada por Murillo en 1670. Murillo nació en 1617 y murió en 1682, y entonces esta obra es de un periodo más tarde en su vida. La pintura muestra el Niño Jesús dando agua en una concha a su primo San Juan, quien se puede identificar por su cordero. Augura al mismo tiempo el bautismo de Jesús en el río por San Juan.

En su tiempo y después de su muerte, Murillo fue imitado por muchos pintores—especialmente la manera en que pintaba niños y mujeres. Aparte de la historia de la pintura, es interesante verla porque nos da una perspectiva del niño “ideal” de este periodo. Los niños Jesús y San Juan tienen formas idealizadas y una inocencia que se muestra a través de la luz tenue y el uso de pinceladas libres, pero al mismo tiempo sus ojos astutos y sus gestos implican un tipo de sabiduría—no podría decir que ellos parecen niños completamente normales, sin conocimiento concreto del mundo. También es interesante notar que las figuras centrales están situadas en una escena natural. La mezcla de un paisaje realista con temas religiosas o espirituales muestra el control y la maestría de Murillo sobre sus sujetos religiosos: podía situarlos en paisajes cotidianos mientras mantenía un sentido muy fuerte de religiosidad. Hay mucha emoción en la pintura, y emana suavidad y espiritualidad. Entonces, es fácil ver las razones por la popularidad de Murillo, especialmente con respeto a sus pinturas de niños.


-Catherine Lacy

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