viernes, 25 de abril de 2014

Murillo en el Louvre


Bartolomé Esteban Murillo nació en Sevilla en 1617. A causa que vivió durante la decadencia de España que ocurrió durante el siglo XVII, muchas de sus obras eran obras religiosas. ¿La razón? Con la decadencia del país, la nobleza salieron y solo la Iglesia tenía dinero para el arte. De verdad, el Convento de San Francisco, hoy en día dónde está la Plaza de San Francisco, era su primer cliente. Para el Convento él pintó muchísimas obras como La cocina de los ángeles, La muerte de Santa Clara, y San Antonio con Bebé. También muchas de sus obras religiosas están en el Hospital de Caridad de Sevilla. Pintó las 7 misericordias en 7 pinturas, y también pintó otras como La anunciación y Un ángel ayudando a San Juan de Dios transportando a un enfermo.

Más que solamente ser un pintor de la vida religiosa, también era conocido como “el pintor de los hijos”. Con tantos hijos propios, tenía un talento de capturar los niños muy bien. Con la pobreza y la decadencia de España, sus obras que no son religiosas muchas veces tienen la pobreza y la vida cotidiana mezclado con niños como el tema.

Murillo es un artista Sevillano y por eso, estuve completamente sorprendida de encontrar tantas de sus obras en el Louvre en París, Francia. La obra del niño fue adquirido para las colecciones del Rey Louis XVI. La razón porque la otra pintura está en el Louvre no estoy seguro, pero posiblemente tiene algo de hacer con Napoleón. Cuando Napoleón invadió a España, algunos de sus generales robaron mucho del arte de Sevilla, y muchos de las obras de Murillo fueron robados por Francia. La verdad es que en Sevilla solamente queda algunas obras de unos de sus pintores más talentosos.

El niño espulgándose
Oleo sobre lienzo
1645-1650

La cocina de los ángeles
Oleo sobre lienzo
1646

Para mi, las dos obras suyas que inmediatamente capturaron mi atención fueron La cocina de los ángeles, y Niño espulgándose. En clase he visto fotos de estas obras, pero creo que tienes que estar justo enfrente de las obras para  apreciar los detalles que Murillo pudo capturar. Creo que las dos son ejemplos perfectos de los dos estilos de pintura de Murillo y sus técnicos como claroscuro, que subraya los elementos más importantes de la obra y ayuda a crear tres dimensiones. 

Aunque creo que es un poquito triste que en Sevilla queda pocas de sus obras, al otro lado estoy muy contenta a ver una representación del arte Sevillano tan fabuloso en un museo como el Louvre.  

-Hannah Hall

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