El sol del invierno se calienta a Luis mientras él recuesta en su silla plegable de madera viendo el flujo y reflujo de turistas y gente local charlando y trocando animadamente. Después de 50 años como un vendedor en el mercado de jueves, Luis puede contar más historias que los libros que él vende.
En enero, tuve la oportunidad única de hablar con Luis sobre su experiencia vendiendo libros – ambos viejos y nuevos – desde la esquina de la calle Feria cada jueves desde 1970.
Él dice con confianza que el mercado no ha cambiado mucho desde que él empezó vendiendo libros con sus tres mejores amigos de la universidad hace 50 años.
Hablando con Luis, aprendí que a él nunca le gustó la ciudad mucho, y con cada año es más difícil para él cambiar su vida en el campo para venir a la ciudad aún una vez a la semana. Pero dice que eso es que siempre ha hecho – y porque sus amigos ahora no están a su lado en el mercado – es el trabajo de Luis continuar operando el puesto más antiguo del mercado de jueves.
En este mercado lleno de antigüedades como cameras, sellos, joyas, y – por supuesto – libros, era interesante charlar con este hombre y aprender sobre su historia a través de mostrando mi interés en sus libros.
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